El viaje en camper al Monasterio de Bachkovski, en Bulgaria, comienza con la carretera que atraviesa los impresionantes Montes Ródope. Mientras avanzamos, el paisaje se vuelve más agreste, rodeado de frondosos bosques y altas montañas que parecen custodiar el histórico monasterio.
Al llegar, el sonido del motor se detiene y la quietud del lugar nos envuelve. Desde el aparcamiento, se divisa el conjunto monástico con su arquitectura medieval, un testimonio de siglos de historia y espiritualidad. Caminamos hacia la entrada, donde los frescos que adornan los muros nos transportan a otra época. El aroma a cera e incienso nos guía mientras exploramos la iglesia principal, cuyo interior está decorado con imágenes de santos y escenas bíblicas, cada una con una historia que contar.
Nos envolvían los sonidos solemnes y emotivos de los cantos ortodoxos que tienen su propia tradición musical, que incluye el canto bizantino, caracterizado por su estilo melismático y su uso del griego eslavo.
Fuera, el agua cristalina de la fuente sagrada refleja la luz del atardecer, mientras los visitantes disfrutan de la serenidad del entorno. Nos sentamos un momento, dejando que el canto de los pájaros y el suave murmullo del viento nos envuelvan. Con cada respiración, sentimos la paz del lugar.
Finalmente, regresamos a la camper, con el recuerdo de un monasterio que no solo es una joya arquitectónica, sino también un refugio de tranquilidad y reflexión en el corazón de Bulgaria.
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