El sol se alzaba sobre Estambul, cundo llegamos, aunque después el tiempo cambió, bañando con su luz dorada las cúpulas y minaretes que dominan el horizonte. Nuestro viaje en camper nos ha llevado a través de la historia, recorriendo los rincones más emblemáticos de esta ciudad fascinante. Acampando en una ubicación privilegiada frente a las orillas del Bósforo.
Comenzamos nuestra andadura en el Palacio de Topkapi, antigua residencia de los sultanes otomanos, donde los patios y salas nos transportan a una época de esplendor y poder. Desde allí, nos dirigimos a la majestuosa Santa Sofía, con su imponente cúpula que desafía el tiempo, testigo de la transformación de iglesia a mezquita y ahora museo.
A pocos pasos, la Mezquita Azul nos envuelve con su serenidad y sus azulejos de Iznik, reflejando la luz en un espectáculo de colores. En el Hipódromo de Constantinopla, imaginamos las carreras de cuadrigas y el bullicio de la antigua Bizancio, mientras admiramos el Obelisco de Teodosio y el Obelisco Murado, guardianes de la historia.
Descendemos a la Cisterna de Serefiye, donde las columnas reflejadas en el agua crean un ambiente místico. Luego, la Columna de Constantino nos recuerda el legado del emperador que dio nombre a la ciudad. La Mezquita Nueva nos recibe con su elegancia otomana antes de sumergirnos en el vibrante Gran Bazar, un laberinto de colores, aromas y sonidos.
El Bazar Egipcio de las Especias nos envuelve con fragancias exóticas antes de ascender a la imponente Mezquita de Suleymaniye, desde donde contemplamos la ciudad en todo su esplendor. Cruzamos el Puente de Gálata, sintiendo la brisa del Bósforo, y ascendemos a la Torre de Gálata, que nos regala una vista panorámica inolvidable.
En la Plaza Taksim, el Monumento a la República nos recuerda la modernización de Turquía, mientras la Mezquita de Taksim se alza con su arquitectura contemporánea. Finalmente, llegamos a la Mezquita de Ortaköy Mecidiye, a orillas del Bósforo, donde el agua refleja su belleza y nos despedimos de esta travesía inolvidable.
Estambul nos ha hablado a través de sus piedras, sus calles y su gente. Un viaje que no solo recorrió kilómetros, sino siglos de historia y cultura.
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