martes, 29 de abril de 2025

Gallipoli, Lecce, Italia

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El sol se despedía lentamente en el horizonte mientras nuestra camper avanzaba por las carreteras de Salento. Con cada kilómetro recorrido, la emoción crecía, Gallipoli, la joya del mar Jónico, nos esperaba con sus encantos históricos y naturales.

Al cruzar el puente que une la ciudad nueva con el casco antiguo, nos recibió la Fontana Greca, una reliquia greco-romana que parecía susurrarnos historias de tiempos pasados. Nos adentramos en el centro histórico, una isla calcárea donde las fachadas blancas deslumbraban bajo la luz dorada del atardecer. Paseamos por sus estrechas calles empedradas, descubriendo la imponente Catedral de Santa Ágata, con su arquitectura barroca que nos dejó sin aliento.

El aroma del mar nos guió hasta el puerto pesquero, donde los barcos azules flotaban tranquilamente, reflejando el cielo en sus aguas cristalinas. Observamos a los pescadores preparando sus redes, una escena que parecía sacada de una postal. No podíamos dejar de visitar el Castello di Gallipoli, una fortaleza que, desde el siglo XV, ha protegido la ciudad y ahora nos regalaba vistas panorámicas espectaculares.

Pero Gallipoli no es solo historia; sus playas nos invitaron a relajarnos. La arena dorada y el agua turquesa de Baia Verde nos envolvieron en una sensación de paz absoluta. Al caer la noche, nos dejamos llevar por la gastronomía local, degustando platos típicos de Puglia en una pequeña trattoria junto al mar.

Nuestra camper, fiel compañera de aventuras, nos permitió vivir Gallipoli a nuestro ritmo, descubriendo cada rincón con libertad y emoción. Y así, con el corazón lleno de recuerdos y la promesa de volver, seguimos nuestro camino buscando nuevas aventuras.

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