Nuestro viaje en camper, porque una casualidad inesperada nos llevó a Luco de Bordón, vieniendo de Morella porque había un corte de carretera, a consecuencia de las torrenciales lluvias, caidas hacía poco tiempo en Forcall, teniendo que atravesar toda la sierra de Manadella y nos encontramos en un encantador pueblo en la provincia de Teruel, España. Aunque puede que este destino no sea tan conocido como otros, pronto descubrimos que tenía mucho que ofrecer.
Luco de Bordón nos recibió con su belleza rural y un ambiente tranquilo. Lo imprescindible aquí incluyó explorar sus calles adoquinadas, flanqueadas por antiguas casas de piedra y tejados de pizarra. Era como dar un paso atrás en el tiempo.
Uno de los puntos destacados fue visitar la Iglesia Parroquial de San Bartolomé, una joya arquitectónica con su campanario de estilo mudéjar. Dentro, admiramos el retablo mayor y las tallas de madera que adornaban la iglesia.
El entorno natural de Luco de Bordón también era impresionante. Nos aventuramos en caminatas por los senderos que rodean el pueblo, respirando el aire fresco de la montaña y disfrutando de las vistas panorámicas de los campos y colinas circundantes.
Durante nuestra estancia, nos sumergimos en la vida local, entablando conversaciones con los amables lugareños y disfrutando de la deliciosa comida tradicional en un restaurante familiar. No pudimos resistirnos a probar platos como la sopa de ajo y el cordero asado.
Para pernoctar con nuestra camper, encontramos un rincón tranquilo en las afueras del pueblo, donde pasamos una noche bajo un cielo estrellado y sin perturbaciones.
Luco de Bordón resultó ser un destino imprescindible en nuestro viaje en camper. Su encanto rural, su rica historia y la cálida hospitalidad de sus habitantes nos dejaron con recuerdos inolvidables. Este pueblo pintoresco demostró que a veces los tesoros más valiosos se encuentran en los lugares menos esperados.
Si no abre, no es tu puerta. |
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