Nuestro camino en camper nos llevó al encantador pueblo de Aýna, un lugar donde la historia y la belleza natural se unen en un abrazo armonioso.
Pueblo donde se rodaron escenas de la surrealista y magnífica obra de José Luis Cuerda "Amanece que no es poco". motivo principal que nos llevó a realizar esta visita.
Llegamos en un soleado día a Aýna en nuestra camper. Con la emoción en el aire, nos encontramos con este hermoso rincón de la provincia de Albacete. La bienvenida de los lugareños nos hizo sentir como en casa desde el primer momento.
Recorrimos las calles empedradas de Aýna. Los edificios de arquitectura tradicional, con sus balcones floridos, nos hicieron sentir como si estuviéramos en un cuento. Visitamos la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, una joya histórica que refleja la esencia de este pueblo. La iglesia de la Virgen de lo Alto, el castillo árabe y sus miradores
La gastronomía de Aýna no nos decepcionó. Descubrimos una panadería horno, donde compramos tortas de pan y tortas cenceñas para hacer gazpacho manchego, que luego hicimos y probamos nosotros mismos, estas comidas se convirtieron en una experiencia culinaria inolvidable.
Con el corazón lleno de recuerdos y el deseo de volver, dejamos Aýna con nuestra camper. Este pueblo, con su encanto atemporal y su belleza natural, dejó una huella imborrable en nosotros. Nos marchamos agradecidos por la oportunidad de haber vivido esta aventura en uno de los rincones más especiales de España.
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