domingo, 26 de mayo de 2019

Montblanc, Tarragona, Cataluña, España

Decidimos visitar Montblanc, en Tarragona, España. Esta encantadora ciudad medieval nos esperaba con su historia y su arquitectura impresionante.

Al llegar a Montblanc, nos sorprendió la belleza de sus murallas, que rodean el casco antiguo. Nos adentramos en sus estrechas calles empedradas y nos sentimos transportados a otra época. La Plaza Mayor fue el punto de partida de nuestro recorrido, desde donde comenzamos a explorar sus tesoros.

No podíamos dejar de visitar la Basílica de Santa María la Mayor, un magnífico ejemplo de arquitectura gótica. Nos maravillamos con sus altas columnas y sus vidrieras coloridas, que creaban una atmósfera mística en su interior.

También recorrimos las antiguas murallas de la ciudad, disfrutando de las vistas panorámicas de Montblanc y sus alrededores. Fue como viajar en el tiempo y contemplar la ciudad desde la perspectiva de sus antiguos defensores.

Nos perdimos por las calles laberínticas, descubriendo plazas encantadoras y rincones pintorescos. Cada esquina guardaba una historia y nos invitaba a sumergirnos en la rica cultura de la región.

Además, aprovechamos para deleitarnos con la gastronomía local. Probamos platos típicos catalanes, como la coca de recapte (una especie de empanada) y los vinos de la región. Cada bocado era un homenaje a la tradición culinaria de Montblanc.

Al final de nuestra estancia, nos despedimos de Montblanc con gratitud y alegría. Esta ciudad medieval nos brindó una experiencia única y nos permitió sumergirnos en la historia y la cultura de la región. Sin duda, guardaríamos en nuestro corazón los recuerdos de esta visita inolvidable.


Creo que todos tenemos un poco de esa bella locura que nos mantiene andando cuando todo alrededor es tan insanamente cuerdo.





Ve el mundo, es más fantástico que cualquier sueño









La vida, o es una aventura o no es nada


Viajar te deja sin palabras y después te convierte en un narrador de historias



Me encanta la sensación de ser anónimo en una ciudad en la que nunca había estado



No vaciles nunca en irte lejos, más allá de todos los mares, de todas las fronteras, de todos los países, de todas las creencias.


Hay una especie de magia cuando nos vamos lejos y, al volver, hemos cambiado






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