Decidimos embarcarnos en una emocionante aventura en nuestra camper, con destino a uno de los lugares más imprescindibles, Alcobaça. Con las maletas listas y las expectativas en alto, nos adentramos en las carreteras, ansiosos por descubrir todos los encantos que esta ciudad portuguesa tenía para ofrecer.
El camino hasta Alcobaça fue un deleite para nuestros sentidos. A medida que avanzábamos, los paisajes cambiantes nos brindaban vistas panorámicas de colinas verdes y campos ondulantes. El sonido del motor de la camper y la música que nos acompañaba creaban la banda sonora perfecta para nuestra travesía.
Finalmente, llegamos a Alcobaça y encontramos un lugar tranquilo para estacionar nuestra camper. Salimos con entusiasmo y nos adentramos en las calles empedradas de la ciudad, dispuestos a descubrir sus tesoros ocultos. En el horizonte, divisamos la imponente silueta del Monasterio de Alcobaça, nuestro primer destino imprescindible.
Al ingresar al monasterio, quedamos maravillados por su grandeza y belleza. Sus altas paredes de piedra y su arquitectura gótica nos transportaron a tiempos pasados de fervor religioso. Nos perdimos en sus amplios claustros, admirando los detalles tallados en la piedra y dejándonos envolver por la serenidad que se respiraba en el lugar.
Continuamos nuestro recorrido por Alcobaça, visitando la Iglesia de Santa María, un tesoro arquitectónico. Sus vitrales coloridos y sus columnas elegantes nos dejaron sin aliento mientras explorábamos su interior. Cada rincón nos hablaba de una historia rica y fascinante.
Pero la verdadera joya de Alcobaça se encontraba en sus calles y plazas. Nos perdimos entre los callejones estrechos, descubriendo encantadoras tiendas de artesanía local y acogedores cafés. Nos detuvimos en la Plaza 25 de Abril, disfrutando del ambiente animado y contemplando la estatua del rey D. Pedro I y su amada Inés de Castro, cuya historia de amor trágica es parte integral de la identidad de Alcobaça.
Después de días llenos de exploración y descubrimientos, regresamos a nuestra camper con el corazón lleno de gratitud. Alcobaça nos había brindado momentos inolvidables y una conexión profunda con su historia y cultura. Mientras nos alejábamos de la ciudad, llevábamos con nosotros los recuerdos y las experiencias únicas que vivimos en este rincón encantador de Portugal.
Alcobaça siempre ocupará un lugar especial en nuestros corazones, y cada vez que recordemos nuestro viaje en la camper, sus imágenes y su encanto estarán presentes, recordándonos la belleza de nuestras aventuras y las maravillas que el mundo tiene para ofrecer.
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“Son los pequeños momentos los que forman una gran vida” |
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“La aventura empieza donde acaban los planes” |
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La
conocida como "puerta de los gordos", la puerta del comedor de los
monjes que por su dimensión solo era apta para aquellos que cupiesen por
ella. Un dieta como otra cualquiera. |
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“Todo lo que necesitas es MENOS” |
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