lunes, 16 de diciembre de 2019

Viso del Marqués, Cdad. Real, España


Nuestro viaje en camper nos llevó a la encantadora localidad de Viso del Marqués. Este pintoresco pueblo, ubicado en la provincia de Ciudad Real, en España, estaba lleno de historia y lugares imprescindibles para visitar.

Una vez que llegamos a Viso del Marqués, encontramos un lugar tranquilo para aparcar nuestra camper y comenzamos a explorar. Nuestro primer destino fue el Palacio del Marqués de Santa Cruz, una imponente mansión renacentista que se alzaba en el corazón del pueblo. Quedamos maravillados por su arquitectura elegante y sus hermosos jardines. Paseamos por sus salones decorados con muebles antiguos y obras de arte, imaginando la vida de la nobleza en tiempos pasados.

Después de visitar el palacio, nos dirigimos a la Iglesia de San Juan Bautista, una joya arquitectónica que data del siglo XVI. Admiramos su fachada de estilo gótico y entramos en su interior, donde nos recibió una atmósfera serena y tranquila. Nos tomamos un momento para apreciar las pinturas religiosas y los detalles ornamentales que adornaban este lugar sagrado, incluido un cocodrilo disecado que estaba en uno de sus muros y que no llegamos a averiguar ni su origen ni su siganificado, esperamos volver para satisfacer nuestra curiosidad.

No podíamos dejar Viso del Marqués sin visitar el Castillo de Viso del Marqués, una fortaleza medieval que se alzaba en lo alto de una colina, ofreciendo vistas panorámicas del pueblo y sus alrededores. Nos adentramos en sus muros antiguos y nos transportamos a tiempos pasados, imaginando la vida en el castillo durante su época de esplendor.

Después de explorar los principales puntos de interés, nos sumergimos en la atmósfera del pueblo, paseando por sus calles empedradas y disfrutando de la tranquilidad que se respiraba en cada rincón. Nos detuvimos en un bar local y probamos las delicias culinarias de la región, como el queso manchego y los platos tradicionales.

Viso del Marqués nos brindó una experiencia auténtica y llena de encanto. Su rica historia, su arquitectura impresionante y su ambiente tranquilo nos conquistaron por completo. Fue un destino imprescindible en nuestro viaje en camper, y nos alegramos de haber tenido la oportunidad de descubrir sus maravillas ocultas. Sin duda, fue una parada memorable en nuestra aventura itinerante.






Zona de aparcamiento de autocaravanas en Víso del Marqués

 










Villanueva de los Infantes, Cdad. Real, España

Nuestro viaje en camper nos llevó a la hermosa localidad de Villanueva de los Infantes. Este encantador pueblo, ubicado en la provincia de Ciudad Real, en España, nos recibió con su encanto histórico y sus sitios imprescindibles para visitar.

Al llegar a Villanueva de los Infantes, encontramos un lugar pintoresco para estacionar nuestra camper y comenzamos nuestra exploración. Nuestro primer destino fue la Plaza Mayor, un lugar emblemático y animado que se convirtió en el corazón de la ciudad. Admiramos los edificios históricos que rodeaban la plaza, con sus balcones de hierro forjado y sus fachadas llenas de encanto. Nos sentamos en una de las terrazas y disfrutamos de un café mientras observábamos la vida cotidiana del pueblo.

Después de relajarnos en la Plaza Mayor, nos dirigimos hacia el Convento de Santo Domingo, una joya arquitectónica que se remonta al siglo XV. Nos maravillamos con su fachada de estilo plateresco y entramos en su interior para descubrir su impresionante iglesia y sus claustros. Nos sentimos transportados a otra época mientras explorábamos sus pasillos y admirábamos las obras de arte y la arquitectura antigua.

Continuamos nuestro recorrido por Villanueva de los Infantes y nos encontramos con la Casa del Estudiante, una antigua residencia universitaria que albergó a estudiantes ilustres como Francisco de Quevedo. Visitamos su sala de lectura y su patio interior, maravillándonos con la atmósfera académica y la historia que impregnaban el lugar.

No podíamos dejar Villanueva de los Infantes sin visitar la Iglesia de San Andrés, una impresionante construcción del siglo XVI. Admiramos su torre campanario y su interior decorado con obras de arte religiosas. Nos tomamos un momento para disfrutar de la serenidad y la tranquilidad que se respiraba en este lugar sagrado.

Villanueva de los Infantes nos cautivó con su encanto histórico y su rica cultura. Sus calles empedradas, sus edificios antiguos y su ambiente acogedor nos hicieron sentir como si hubiéramos retrocedido en el tiempo. Fue una parada imprescindible en nuestro viaje en camper, y nos alegramos de haber tenido la oportunidad de descubrir sus tesoros ocultos. Sin duda, fue una experiencia memorable en nuestro itinerario viajero.

No esperes. Nunca va a ser el momento adecuado

Villanueva de los Infantes. El paraíso de los picaportes y las bocallaves


El destino nos hace coincidir, luego se queda mirando a que pongamos algo de nuestra parte.



Las alas desplegadas son una bendición en pleno vuelo, cerradas son una carga.

La belleza de las cosas solo existe en el espíritu de quien las contempla.




El Caballero del Verde Gabán.
“que en esta villa hay de presente un hombre, llamado por su nombre el dotor Andrés Martínez del Campo, dotor en santa Teulogía, catedrático de la insigne universidad de Alcalá, el cual está tenido por hombres de muchas letras, aunque mozo de edad de poco más de treinta años, hijo de un hombre particular, labrador de esta villa,"





Casa del Caballero del Verde Gabán que se menciona en el Quijote.

“–Yo, señor Caballero de la Triste Figura, soy un hidalgo natural de un lugar donde iremos a comer hoy, si Dios fuere servido. Soy más que medianamente rico y es mi nombre don Diego de Miranda; paso la vida con mi mujer, y con mis hijos, y con mis amigos; mis ejercicios son el de la caza y pesca, pero no mantengo ni halcón ni galgos, sino algún perdigón manso, o algún hurón atrevido. Tengo hasta seis docenas de libros, cuáles de romance y cuáles de latín, de historia algunos y de devoción otros; los de caballerías  aún no han entrado por los umbrales de mis puertas. Hojeo más los que son profanos que los devotos, como sean de honesto entretenimiento, que deleiten con el lenguaje y admiren y suspendan con la invención, puesto que destos hay muy pocos en España. Alguna vez como con mis vecinos y amigos, y muchas veces los convido; son mis convites limpios y aseados, y no nada escasos; ni gusto de murmurar, ni consiento que delante de mí se murmure; no escudriño las vidas ajenas, ni soy lince de los hechos de los otros; oigo misa cada día; reparto de mis bienes con los pobres, sin hacer alarde de las buenas obras, por no dar entrada en mi corazón a la hipocresía y vanagloria, enemigos que blandamente se apoderan del corazón más recatado; procuro poner en paz los que sé que están desavenidos; soy devoto de nuestra Señora, y confío siempre en la misericordia infinita de Dios nuestro Señor.”(cap. XVI, II) Del Ingenioso e Hidalgo D Quijote de la Mancha.

A Sancho le pareció tan buen cristiano que le llamó “santo a la jineta”, lo que despertó la risa en D. Quijote


Ser bueno no es sinónimo de ser idiota, ser bueno es una actitud que los idiotas no entienden.
 
 



El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía.




Aquello que no queremos ver, suele ser lo que más necesitamos mirar.




Suéñame que yo te despierto.

El café caliente y los orgasmos contra la pared.


Me di cuenta de que perdí absolutamente, la capacidad de quedarme en los lugares, donde se me apaga la sonrisa.


Cuando hagas algo noble y hermoso y nadie se de cuenta, no estés triste, el amanecer es un espectáculo hermoso y la mayor parte de la audiencia duerme todavía.


Cuando piensas o crees saber, eres del montón de la otra gente. Cuando sientes, eres tu mismo.


Ni mantengas a quien se va, ni rechaces a quien venga.





Podría tener cada parte de ti presionando contra mi, y aún así desearte más cerca.


El frote de los cuerpos no define el amor, así como el roce de una cuerda por el dedo, no define la música.



Hay dos cosas que sigo amando, desnudar un libro y leer a una mujer.


Si tienes una lista larga de amigos, hazla con lápiz, el tiempo te dirá por qué.




Reemplazando  una taza de café por otra de te verde, puedes eliminar el 90% de la poca felicidad que queda en tu miserable vida.


Celda donde murió Quevedo


Alcázar de San Juan, Cdad. Real, España

Nuestro emocionante viaje en camper nos llevó hasta Alcázar de San Juan, una encantadora ciudad situada en la provincia de Ciudad Real, en España. Conocida por su rica historia y su herencia cultural, estábamos ansiosos por explorar los lugares imprescindibles de este maravilloso destino.

Al llegar a Alcázar de San Juan, encontramos un lugar adecuado para estacionar nuestra camper y comenzamos nuestra aventura. Nuestro primer destino fue el majestuoso Alcázar de San Juan, una fortaleza medieval que se alza imponente en el horizonte de la ciudad. Nos quedamos maravillados por sus muros de piedra y torres imponentes, y aprovechamos la oportunidad de explorar su interior. Descubrimos sus patios empedrados, sus salas decoradas con arte y antigüedades, y su mirador, desde donde disfrutamos de unas vistas panorámicas impresionantes.

Después de visitar el Alcázar, nos adentramos en el casco antiguo de la ciudad. Paseamos por sus calles empedradas y estrechas, admirando la arquitectura tradicional y los edificios históricos. Llegamos a la Plaza de España, el corazón de la ciudad, donde nos sentamos en una terraza y disfrutamos de la animada atmósfera mientras degustábamos algunas delicias gastronómicas locales.

No podíamos dejar de visitar la Iglesia de Santa María la Mayor, una joya arquitectónica del siglo XIII. Nos quedamos impresionados por su fachada gótica y su interior decorado con magníficas obras de arte religioso. Recorrimos sus naves y capillas, absorbiendo la tranquilidad y la espiritualidad del lugar.

Otro lugar imprescindible en Alcázar de San Juan fue el Museo del Hidalgo, que nos sumergió en la historia y la cultura de la región. Aprendimos sobre la vida de los hidalgos, la nobleza rural de la época, a través de exhibiciones fascinantes y objetos antiguos.

Finalmente, nos dirigimos al Parque Alces, un hermoso espacio verde en el corazón de la ciudad. Disfrutamos de un relajante paseo entre sus jardines bien cuidados y nos detuvimos a descansar en uno de sus bancos mientras contemplábamos la belleza natural que nos rodeaba.

Nuestro tiempo en Alcázar de San Juan fue una experiencia inolvidable. Descubrimos la riqueza histórica y cultural de la ciudad mientras disfrutábamos de su encanto y hospitalidad. Cada lugar que visitamos nos dejó recuerdos duraderos y nos hizo apreciar aún más la belleza de este rincón de España. Definitivamente, Alcázar de San Juan fue una parada imprescindible en nuestro viaje en camper.








"Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todas son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas "


Hay quienes buscan la felicidad, y hay quienes la crean viajando.


Hay lugares donde uno se queda y lugares que quedan en uno.



Ve donde te sientas libre.