Pastrana, Guadalajara, España

En nuestro viaje pasado en camper, decidimos visitar lo imprescindible de Pastrana, un encantador pueblo ubicado en la provincia de Guadalajara, España. Nos adentramos en sus calles empedradas y nos dejamos cautivar por su rica historia y su belleza arquitectónica.

Al llegar a Pastrana, nos sorprendió la imponente presencia del Palacio Ducal, un magnífico edificio que se erige como uno de los principales atractivos del lugar. Exploramos sus salones y jardines, admirando la majestuosidad de su arquitectura renacentista y descubriendo detalles fascinantes de la vida noble que una vez albergó.

Continuamos nuestro recorrido por el casco antiguo de Pastrana, donde encontramos la Iglesia Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción. Nos maravillamos con su fachada gótica y entramos en su interior, donde contemplamos sus impresionantes retablos y obras de arte religioso.

No podíamos dejar de visitar el Convento de San José, conocido como el Convento de las Clarisas. Este histórico edificio alberga un museo que nos permitió conocer más sobre la vida de las monjas clarisas y su legado en la localidad. Además, disfrutamos de los hermosos jardines que rodean el convento, perfectos para relajarnos y disfrutar de la tranquilidad del entorno.

Durante nuestra estancia en Pastrana, también aprovechamos para degustar la gastronomía local. Probamos platos tradicionales como el cordero asado y los dulces típicos, que nos brindaron una experiencia culinaria deliciosa y auténtica.

Sin duda, Pastrana nos cautivó con su encanto histórico y su ambiente tranquilo. Recomendamos a todos los viajeros que incluyan este hermoso pueblo en su itinerario y descubran sus tesoros arquitectónicos, su rica historia y su ambiente acogedor.

 

Yo no sufro de locura, la disfruto cada minuto.

Si ríes el mundo reirá contigo, si roncas quizás duermas solo.

 

El que nace pobre y feo, tiene grandes posibilidades de que al crecer... se le desarrollen ambas condiciones.

No creo en una vida más allá, pero, por si acaso, me he cambiado de ropa interior.

Suelo cocinar con vino, a veces incluso se lo agrego a la comida.

Cuándo una mujer te dice “¿qué?”, no es que no te haya escuchado. Es que está dando la oportunidad de cambiar lo que dijiste.

El balcón de las horas, donde cada hora se asomaba la princesa de Ebolí para descansar de su cautiverio.