El viaje por el Parque Nacional de los Balcanes Centrales nos sumerge en un mundo de naturaleza virgen y paisajes que parecen sacados de un cuento. A medida que avanzamos por los senderos serpenteantes, la montaña Stara Planina se despliega ante nosotros con su imponente grandeza.
Los bosques de hayas cubren gran parte del parque, extendiéndose como un manto verde que se ondula con el viento. Aquí, la biodiversidad es impresionante, águilas planean sobre los picos, mientras que osos y lobos se ocultan en las profundidades del bosque, menos mal que solo aparecieron los caballos, de los osos, ni el olor afortunadamente.
A medida que ascendemos, el paisaje cambia. Los densos bosques dan paso a praderas, donde el sol ilumina los campos de flores silvestres. En la distancia, el pico Botev, el más alto de la cordillera con 2.376 metros, se alza majestuoso.
El sonido del agua nos guía hasta cascadas escondidas y ríos cristalinos que atraviesan el parque. En algunos puntos, el terreno se vuelve más escarpado, revelando formaciones rocosas impresionantes y gargantas profundas que cuentan la historia geológica de la región.
El aire fresco y puro nos envuelve, y cada rincón del parque nos recuerda la importancia de preservar estos espacios naturales. Con cada paso, el Parque Nacional de los Balcanes Centrales nos regala una vista inolvidable, un espectáculo de colores y vida que quedará grabado en nuestra memoria.
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