Sofía, Bulgaria

El viaje comienza con la promesa de aventura y descubrimiento. La camper se desliza por las carreteras europeas, cruzando fronteras y paisajes que cambian como un libro de historias en movimiento, cada kilómetro nos acerca a una ciudad llena de historia, encanto y secretos por desvelar.

Cuando finalmente llegamos, Sofía nos recibe con su mezcla de tradición y modernidad. Nuestro recorrido comienza en la iglesia de San Jorge, una joya de la arquitectura romana que se erige como testigo silencioso del paso del tiempo. Luego, visitamos la Presidencia de Bulgaria, donde la historia política del país se despliega ante nuestros ojos.

El Museo Arqueológico de Bulgaria nos sumerge en el pasado, revelando tesoros antiguos que cuentan historias de civilizaciones perdidas. La iglesia rusa de San Nicolás de Mira, con sus cúpulas doradas, nos transporta a la belleza de la arquitectura ortodoxa. Y la majestuosa Catedral de San Alejandro Nevski nos deja sin aliento con su grandiosidad imponente.

No nos detenemos ahí. Exploramos la iglesia de Santa Sofía, un símbolo de la ciudad, y la Catedral de Sveta-Nedelya, que nos envuelve en su solemne atmósfera. En el corazón de la ciudad, el Monumento a Sofía se alza como homenaje a la sabiduría y la historia de la capital.

El complejo arqueológico de Serdica nos ofrece un vistazo a la antigua ciudad romana sobre la que Sofía fue construida. En el Museo de Historia Regional, la cultura búlgara nos envuelve con sus relatos y exposiciones. Luego, la Mezquita de Banya Bashi nos impresiona con su hermosa arquitectura otomana.

Las fuentes termales minerales nos invitan a relajarnos y disfrutar de las aguas sanadoras. En el Mercado Central de Sofía y el Zhenski Pazar, nos sumergimos en los aromas y colores de la gastronomía local, probando delicias tradicionales. La Sinagoga de Sofía nos sorprende con su impresionante diseño, reflejo de la diversidad cultural de la ciudad.

Cada rincón de Sofía es un nuevo descubrimiento, una nueva historia que añadir a nuestro viaje. Y así, con el espíritu lleno de experiencias, emprendemos el camino al siguiente destino, con la certeza de que hemos vivido algo único.