martes, 2 de mayo de 2017

Pamplona, Navarra, España

Durante nuestro viaje en camper, tuvimos la oportunidad de visitar Pamplona, una hermosa ciudad situada en la comunidad autónoma de Navarra, en el norte de España. Pamplona es famosa por ser la sede de los mundialmente conocidos "Sanfermines", las fiestas de San Fermín, que atraen a miles de visitantes cada año.

Al llegar a Pamplona, nos sorprendió la belleza de su casco antiguo, rodeado por imponentes murallas. Paseamos por las estrechas calles empedradas, admirando la arquitectura medieval y los coloridos edificios históricos. La Plaza del Castillo, el corazón de la ciudad, fue uno de nuestros lugares favoritos, con sus cafés al aire libre y su animado ambiente.

Durante nuestra estancia en Pamplona, visitamos la Catedral de Santa María la Real, una impresionante construcción gótica que alberga tesoros artísticos en su interior. También exploramos el Ayuntamiento, un edificio renacentista de gran belleza, y disfrutamos de los parques y plazas de la ciudad, como el Parque de la Taconera y la Plaza del Ayuntamiento.

Pamplona también nos brindó la oportunidad de degustar la deliciosa gastronomía navarra. Probamos platos típicos como el chuletón de buey, la trucha a la navarra y el famoso pintxo de jamón. Además, nos hubiera encantado tener la suerte de haber coincidido con la temporada de los Sanfermines y haber disfrutado también de esta maravillosa fiesta. Lo dejamos para otra ocasión.

Además de su encanto urbano, Pamplona está rodeada de un entorno natural hermoso. Aprovechamos para hacer excursiones por los alrededores, como el Parque Natural de Urbasa-Andía, donde disfrutamos de paisajes montañosos y senderos pintorescos.

En definitiva, nuestra visita a Pamplona fue una experiencia inolvidable. La combinación de su rica historia, su encanto medieval, su gastronomía y su ambiente festivo la convierten en un destino muy especial durante nuestro viaje en camper.




















La gente buena, si se piensa un poco en ello, siempre ha sido gente alegre.













A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, que nos guie en el encierro, dándonos su bendición.









Con diez cañones por banda,
viento en popa a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín;
bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín








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