domingo, 2 de junio de 2019

Lyon, Francia

Nos embarcamos en nuestra emocionante aventura en camper y nos dirigimos a la hermosa ciudad de Lyon, ubicada en el sureste de Francia. Lyon, conocida como la capital gastronómica del país, ofrece una combinación perfecta de historia, arquitectura impresionante y una deliciosa cocina.

Nuestro primer destino en Lyon es el casco antiguo, conocido como Vieux Lyon. Nos adentramos en sus estrechas calles empedradas, rodeadas de edificios renacentistas y medievales. Aquí encontramos una gran cantidad de restaurantes, tiendas de artesanía y encantadoras plazas donde disfrutar de la atmósfera única del lugar.

Continuamos nuestro recorrido hacia la Basílica de Notre-Dame de Fourvière, una magnífica iglesia ubicada en lo alto de una colina. Desde allí, disfrutamos de una vista panorámica de toda la ciudad, con el río Ródano fluyendo a nuestros pies. Además, visitamos el antiguo teatro romano de Fourvière, un impresionante sitio arqueológico que nos transportó a la época romana.

Después de maravillarnos con las vistas desde Fourvière, bajamos a la ciudad y nos dirigimos al barrio de La Presqu'île. Aquí encontramos una animada zona llena de tiendas, cafés y restaurantes. No pudimos resistirnos a probar algunos de los platos tradicionales de la región, como la famosa sopa de cebolla y los deliciosos quesos franceses.

Continuamos nuestro recorrido hacia el río Ródano y nos sorprendimos con la belleza del paseo fluvial. Caminamos por las orillas del río, disfrutando de las vistas panorámicas y del ambiente relajado.

No podíamos dejar Lyon sin visitar Les Halles de Lyon, un famoso mercado gastronómico donde encontramos una amplia variedad de productos frescos y especialidades locales. Disfrutamos explorando los diferentes puestos y degustando algunas delicias, como los embutidos, los quesos y los vinos de la región.

Antes de partir, nos aseguramos de visitar el Instituto Lumière, donde los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo, precursor del cine. Aquí aprendimos sobre la historia del cine y disfrutamos de una proyección de películas clásicas.

Nuestro viaje a Lyon fue una experiencia inolvidable, donde descubrimos la riqueza cultural, gastronómica e histórica de esta fascinante ciudad. Lyon es definitivamente un destino imprescindible para los amantes de la buena comida, la arquitectura y la historia. Sin duda, dejó una huella en nuestros corazones y un deseo de volver en el futuro.



Lo mejor está por venir siempre.





Quien no comprende una mirada, tampoco comprende una larga explicación.

 
En nuestra estancia en Lyon, celebramos el Ramadam






Tatuaje de la guapísima Imanne

Nora preciosa con su tatuaje.




En las estrechas calles empedradas de Lyon, Nuestra anfitriona, Leila, con su sonrisa cálida, nos hizo una invitación especial. Era Ramadán, y ella, con la generosidad característica de esta festividad, nos convidó a sumarnos a una tradición singular en este tiempo, la de de los tatuajes de henna.

Nos dirigimos a un acogedor lugar, impregnado de aromas de especias y el eco de risas compartidas. El ambiente resonaba con la alegría de la ocasión, y Leila, buscó a la chica que con destreza artística, comenzó a trazar intrincados diseños en sus  manos. La henna fluía como un río de creatividad, dibujando patrones que contaban historias de tradición y espiritualidad.

Cada trazo llevaba consigo un significado profundo, más allá de su belleza superficial. Leila nos explicó que el arte de la henna no solo celebra el Ramadán, sino que también simboliza la fertilidad, la protección y la conexión espiritual. Era más que un adorno; era una manifestación de valores arraigados en la cultura.

Mientras sus manos se convertían en lienzos temporales, nos sentimos halagados por la generosidad de Leila y la oportunidad de habernos invitado a participar en esta celebración tan íntima. La henna, con sus colores efímeros, reflejaba la fugacidad del tiempo y la importancia de vivir cada momento con gratitud.

Bajo la luz tenue de la lámpara, para ver mejor los dibujos, nos unimos  la tradición, creando lazos que trascendían las palabras. Así, en Lyon, entre risas y dibujos de henna, celebramos juntos el Ramadán, llevando con nosotros  no solo tatuajes temporales, sino también recuerdos indelebles de una experiencia única y significativa.












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