viernes, 11 de noviembre de 2022

Pontevedra, Galicia, España

 

El viaje en camper a Pontevedra fue una experiencia enriquecedora llena de historia, arquitectura y encanto gallego. llegamos por las pintorescas carreteras que serpentean a lo largo de la costa, disfrutando de las vistas panorámicas y la belleza natural de la región. Pontevedra, una ciudad con un rico patrimonio cultural, nos esperaba con sus estrechas calles empedradas, sus plazas animadas y su ambiente acogedor.

Al llegar a Pontevedra, encontramos un lugar perfecto para estacionar nuestra camper cerca del centro histórico. El sonido de los pasos y las risas de los transeúntes llenaron el aire mientras nos instalábamos y nos preparábamos para explorar esta joya gallega.

Comenzamos nuestra aventura adentrándonos en las estrechas calles del casco antiguo de Pontevedra. Admiramos la arquitectura medieval y las casas señoriales que nos transportaban en el tiempo. Descubrimos iglesias centenarias, como la Basílica de Santa María la Mayor, que nos maravilló con su magnificencia y su rica historia.

Durante nuestro recorrido, nos encontramos con numerosas plazas animadas, donde los lugareños se congregaban para disfrutar de la vida al aire libre. Nos sentamos en una terraza, saboreando un café y observando el bullicio de la ciudad que se desarrollaba a nuestro alrededor.

También tuvimos la oportunidad de visitar el Museo de Pontevedra, donde nos sumergimos en el arte y la historia de la región. Admiramos las obras de artistas gallegos y aprendimos sobre la rica herencia cultural que define a Pontevedra.

Además de explorar la ciudad, también aprovechamos la cercanía de la costa para disfrutar de las playas y los paisajes naturales que rodean Pontevedra. Nos adentramos en las rutas de senderismo cercanas, donde caminamos entre bosques frondosos y disfrutamos de vistas panorámicas de la costa.

Durante nuestra estancia, también disfrutamos de la deliciosa gastronomía gallega. Probamos platos tradicionales, ya que era temporada de centollos y probamos un vino que fue medalla de oro el año anterior.También asistimos a unas jornadas de comida tradicional que se celebraban en aquellas fechas, y como siempre nos tomamos el tradicional café en el parador nacional, como es nuestra costumbre cada vez que llegamos a un sitio donde hay parador nacional.

Cada día en Pontevedra nos ofreció una nueva aventura. Nos llevamos recuerdos inolvidables de nuestro viaje en camper, donde nos sumergimos en la historia, la arquitectura y el encanto de esta ciudad gallega. Guardamos en nuestros corazones el ambiente acogedor de sus calles, la majestuosidad de sus iglesias y la esencia única de Pontevedra.



No le tienes que gustar a todo el mundo. Todo el mundo no tiene buen gusto.

                          












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“El tiempo vale más que el dinero. Siempre se puede conseguir más dinero, pero no se puede conseguir más tiempo.”







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