En nuestro viaje al norte nos encontrábamos de nuevo en Guadix, una pequeña ciudad en el sureste de España. La primera vez que visitamos este lugar, quedamos cautivados por su singular paisaje de casas cueva y su rico patrimonio histórico. Por lo tanto, regresar a Guadix era imprescindible para nosotros sobre todo porque nos pillaba de paso en nuestra ruta.
Exploramos nuevamente las calles estrechas y sinuosas de la ciudad, admirando las fachadas de las casas cueva, muchas de las cuales están bellamente decoradas. Visitamos otra vez la Catedral de Guadix, un impresionante edificio gótico que contrasta con la arquitectura subterránea de las casas cueva. Subir a su torre te brinda una vista panorámica de la ciudad y los alrededores.
También tuvimos la oportunidad de ver cómo se elevaba un globo aerostático en el área de autocaravanas, y como los calentadores emitían sus bocanadas de lumbre dentro del habitáculo de tela, calentando la masa de aire que empezó a suspender la cesta poco a poco, abarrotada de aventureros aeronáuticos.
Durante nuestra estancia, saboreamos también los churros con chocolate en el bar Versalles, y los chinitos y las tortas de chicharrones de la panaderia Soto de Alcudia, una pedanía unos pocos kilómetros antes de llegar a Guadix,
Esta otra visita a Guadix no hizo más que confirmar que este lugar era verdaderamente imprescindible en nuestros viajes en camper porque siempre nos sorprende con algo nuevo, además por su belleza y singularidad
Hoy 15 de Octubre, cumplo sesenta y seis años. Los años que tienes son aquellos que ya no tienes. Solo tienes los años que te quedan por vivir. |
Cuanto más alto nos elevamos, más pequeños le parecemos a los que no pueden volar |
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