miércoles, 27 de noviembre de 2019

Amarante, Portugal

En nuestro segundo viaje en camper a Amarante, en Portugal, volvimos a sumergirnos en la magia y encanto de esta encantadora ciudad. Recordamos con alegría la familiaridad de sus calles y la cálida bienvenida de sus habitantes.

Desde el momento en que llegamos, nos sentimos como en casa. Nos dirigimos al casco antiguo, donde las estrechas calles empedradas nos guiaron hacia rincones que ya conocíamos y otros por descubrir. Nos alegró ver cómo Amarante seguía conservando su esencia, pero también notamos algunos cambios sutiles en su evolución.

Paseamos por las plazas animadas y nos detuvimos en los cafés y restaurantes que ya conocíamos, ansiosos por saborear una vez más los deliciosos platos tradicionales. Desde el bacalao a la brasa hasta los postres dulces y tentadores, cada bocado nos recordaba por qué Amarante es un paraíso gastronómico.

No pudimos resistirnos a volver a cruzar el famoso puente sobre el río Tâmega. Apreciar las vistas panorámicas, sentir la brisa fresca y escuchar el sonido del agua corriendo debajo de nosotros nos transportó a un estado de tranquilidad y contemplación.

También aprovechamos la oportunidad para explorar nuevas partes de la ciudad que no habíamos visitado en nuestro primer viaje. Descubrimos pequeñas tiendas de artesanía local, donde nos llevamos recuerdos únicos para atesorar en casa. Nos sorprendió la vitalidad de la escena cultural y artística de Amarante, con exposiciones y eventos que enriquecieron nuestra experiencia.

Durante nuestra estadía, nos encontramos nuevamente con caras amigables y nos emocionó compartir historias y experiencias con ellos, probamos los famosos dulces, con variedades locales, así como sus famosísimos Bolos do Santo y los típicos y curiosos pasteles con forma de falo en honor a San Gonzalo. La hospitalidad de los lugareños es una de las características más destacadas de Amarante y nos hizo sentir como parte de la comunidad.

En resumen, nuestro segundo viaje en camper a Amarante fue una continuación de nuestro amor por esta ciudad. Nos permitió profundizar en los aspectos que más disfrutamos en nuestro primer viaje y descubrir nuevos tesoros escondidos. Amarante sigue siendo un lugar que nos cautiva y nos deja con ganas de volver una vez más en futuras aventuras.









Si la televisión había promovido al tonto del pueblo, ante el cual el espectador se sentía superior. El drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo como el portador de la verdad



En el momento en que dejes de pensar en lo que podría pasar, empezarás a disfrutar de lo que está pasando.




A veces, las esperanzas ciegas son las alas que nos llevan a los cielos de lo imposible 

Uno de los hábitos más difíciles de aprender es el de no tomarse nada personalmente.

Estar en desacuerdo con tres cuartas partes de la gente es el primer requisito de la buena salud mental

Es feo ser digno de castigo, pero es poco glorioso castigar



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