Al llegar, quedamos impactados por la belleza de sus murallas y torres que rodean el casco antiguo. Nos sumergimos en sus calles empedradas y nos maravillamos con la arquitectura de sus palacios, iglesias y casas señoriales.
Uno de los puntos destacados de nuestra visita fue la Plaza Mayor, un lugar lleno de vida y encanto, rodeado de edificios históricos de gran belleza. Disfrutamos de un café en una de las terrazas mientras contemplábamos la animación de la plaza.
Recorrimos las estrechas y laberínticas calles del casco antiguo, descubriendo plazas y rincones con encanto. Admiramos la majestuosidad de la Concatedral de Santa María, con su imponente fachada y su impresionante interior.
No podíamos dejar de probar la gastronomía cacereña. Degustamos platos típicos como el gazpacho extremeño, el queso de La Serena y las migas.
Durante nuestra estancia, visitamos también el Museo de Cáceres, donde pudimos sumergirnos en la historia y el arte de la región. Quedamos fascinados con las exposiciones y la riqueza cultural que albergaba.
En resumen, nuestro viaje en camper a Cáceres fue como adentrarse en un cuento medieval. Nos dejamos envolver por su belleza arquitectónica, nos deleitamos con su gastronomía y nos sumergimos en su historia y cultura. Fue una experiencia inolvidable que nos transportó a otra época y nos dejó con recuerdos llenos de encanto.
Votar es la versión adulta de escribir una carta a los reyes magos. |
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