En nuestra emocionante travesía en camper, nos aventuramos por las calles empedradas y los monumentos históricos de la encantadora ciudad de Burgos.
Nuestro primer destino fue la majestuosa Catedral de Santa María de Burgos, una obra maestra gótica que se alza con imponencia. Admiramos sus agujas y esculturas que cuentan historias de siglos pasados.
Caminamos bajo el imponente Arco de Santa María, una entrada monumental que nos transportó a épocas medievales. Sus detalles arquitectónicos capturaron nuestra atención.
Disfrutamos de un apacible paseo a lo largo del río Arlanzón en el Paseo del Espolón. Bancos sombreados y áreas verdes ofrecieron un respiro tranquilo en el corazón de la ciudad.
Con nuestra camper, ascendimos al Mirador del Castillo para disfrutar de una vista panorámica de Burgos. La ciudad se extendía ante nosotros, fusionando lo antiguo y lo moderno.
Exploramos el monasterio cisterciense, de las Huelgas Reales sumergiéndonos en su arquitectura y aprendiendo sobre su rico legado histórico y cultural.
Nos entregamos a los sabores locales. Morcilla de Burgos, queso fresco, y el famoso cordero asado fueron deleites culinarios que no quisimos perdernos.
Una parada enriquecedora en Museo de la Evolución Humana para los amantes de la historia. Este museo nos llevó a un viaje fascinante a través de la evolución humana, con hallazgos arqueológicos de la región.
Burgos, con su combinación de historia, belleza arquitectónica y hospitalidad, se reveló como un tesoro en nuestra travesía en camper. Cada rincón contaba una historia, y cada monumento resonaba con la rica herencia de la ciudad.
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