Iglesia de Santa María de la Asunción. Esta joya arquitectónica del siglo XIII nos recibió con su imponente presencia. Sus detalles góticos y la ubicación estratégica en lo alto de la ciudad ofrecieron vistas espectaculares.
Casco Antiguo. Perdernos por las estrechas calles empedradas del Casco Antiguo fue como viajar en el tiempo. Descubrimos encantadoras plazas, boutiques locales y cafeterías acogedoras.
Playa de Brazomar. Nos dirigimos a la Playa de Brazomar para disfrutar del sol y la brisa marina. Las aguas tranquilas y la arena dorada hicieron de este lugar un rincón ideal para relajarse.
Farol de Castro Urdiales. El faro, con su silueta distintiva, nos ofreció vistas panorámicas del paisaje marino. Al atardecer, se convirtió en el lugar perfecto para contemplar el horizonte.
Ermita de Santa Ana. Esta pequeña ermita en lo alto de un acantilado nos regaló una vista impresionante de la ciudad y el mar. El entorno tranquilo hizo que la visita fuera aún más especial.
En cada rincón de Castro Urdiales, encontramos una mezcla encantadora de tradición y modernidad, convirtiendo nuestro viaje en camper en una experiencia llena de descubrimientos inolvidables.
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