lunes, 21 de octubre de 2019

Monte Saint-Michel, Francia

Durante nuestro viaje en camper, decidimos visitar el impresionante Monte Saint-Michel, ubicado en Normandía, Francia. Nos atraía su belleza arquitectónica y su ubicación única en medio de un estuario.

Al acercarnos al Monte Saint-Michel, quedamos maravillados por su majestuosidad. Su imponente abadía, construida en lo más alto de la roca, se alzaba sobre las estrechas calles empedradas y las casas de época que rodeaban el monte. Nos adentramos en el laberinto de callejuelas y escaleras, explorando cada rincón de este lugar histórico.

Una vez dentro de la abadía, nos quedamos asombrados por su arquitectura gótica y sus impresionantes vistas panorámicas. Recorrimos sus salas y pasillos, imaginando la vida monástica que alguna vez ocupó este lugar. Desde lo alto de la abadía, contemplamos el vasto paisaje circundante, con las mareas cambiando y la belleza natural que lo rodea.

Después de explorar la abadía, nos aventuramos a caminar por los senderos alrededor del monte y descubrimos la belleza de la bahía. El paisaje cambió con las mareas, revelando o escondiendo los bancos de arena y creando una experiencia única. Disfrutamos de la tranquilidad y la serenidad de este entorno natural impresionante.

Además de su importancia histórica y su belleza natural, el Monte Saint-Michel nos ofreció una experiencia culinaria memorable. Probamos platos tradicionales de la región, como el famoso cordero de pré-salé y los deliciosos mariscos frescos y la famosísima tortilla de la Mere Poulard. Nos deleitamos con sabores auténticos y nos sumergimos en la rica gastronomía normanda.

En general, nuestra visita al Monte Saint-Michel fue una experiencia mágica. Quedamos impresionados por su grandiosidad, su historia y su belleza. Fue un viaje que nos transportó en el tiempo y nos permitió apreciar la magnificencia de este lugar único en el mundo. El Monte Saint-Michel sin duda dejó una huella imborrable en nuestros recuerdos de viaje.



La juventud es feliz porque tiene la capacidad de ver la belleza. Cualquiera que conserve la capacidad de ver la belleza jamás envejece.






Cuando volvimos a casa, nos hicimos la famosa tortilla de la mére Poulard. Fue muy fácil y nos salió riquísima...




Reflexionar serena, muy serenamente, es mejor que tomar decisiones desesperadas.

 

La desgracia de Don Quijote no fue su fantasía, sino Sancho Panza.





Todas las batallas se pierden o se ganan primero en la mente 
(Juana de Arco)





Al final lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años.




La oveja se pasó toda la vida temiendo al lobo y al final se la comió el pastor.





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