viernes, 25 de octubre de 2019

Quiberon, Francia

Continuando nuestro apasionante viaje en camper por la región de Bretaña, llegamos a la hermosa península de Quiberon. Este lugar se convirtió en uno de los destinos imprescindibles en nuestra ruta, gracias a su belleza natural, sus playas espectaculares y su encanto costero.

Al llegar a Quiberon, nos sorprendió la impresionante costa recortada, con acantilados escarpados y playas de arena dorada que se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Encontramos un lugar ideal para aparcar nuestra camper cerca de la playa y comenzamos a explorar este paraíso costero.

Una de las primeras paradas fue la Pointe du Conguel, un promontorio rocoso que ofrece vistas panorámicas del océano Atlántico y la bahía de Quiberon. Nos quedamos sin palabras al contemplar la inmensidad del mar y la belleza natural que nos rodeaba. Tomamos fotografías para capturar esos momentos memorables y disfrutamos de un paseo a lo largo de los senderos costeros.

Luego, nos dirigimos a la Grande Plage de Quiberon, una playa amplia y pintoresca que nos invitó a disfrutar del sol y el mar. Pasamos la tarde relajándonos en la arena, tomando el sol y nadando en las refrescantes aguas del océano.

No podíamos dejar Quiberon sin visitar sus encantadores pueblos y descubrir su ambiente marinero. Nos perdimos por las calles estrechas de Port Maria, un pintoresco puerto pesquero, donde admiramos los coloridos barcos y probamos algunos platos de mariscos frescos en los acogedores restaurantes de la zona.

Además de la belleza natural y las playas, Quiberon también nos ofreció la oportunidad de explorar su historia y cultura. Visitamos el Museo de la Costa de la Sal, donde aprendimos sobre la importancia histórica de la sal en la región y cómo se ha producido a lo largo de los siglos.

Nuestro viaje en camper por Quiberon fue una experiencia mágica y relajante. Disfrutamos de la combinación perfecta entre la belleza natural, las playas impresionantes y el encanto costero de este lugar. Nos llevamos recuerdos inolvidables y una sensación de paz y conexión con la naturaleza. Con el corazón lleno de gratitud, nos despedimos de Quiberon y nos preparamos para nuestra próxima aventura en la carretera.







La envidia es el homenaje que la mediocridad rinde al talento.





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