El motor de la camper ruge suavemente mientras nos alejamos del bullicio urbano y nos adentramos en la carretera que nos lleva a Pleven, Bulgaria. A medida que avanzamos, el paisaje cambia: de ciudades animadas a campos abiertos, de bosques densos a colinas suaves bañadas por el sol. Es un viaje sin prisas, con la libertad de detenernos en cada rincón que nos llame la atención.
El cielo se despliega en un lienzo azul salpicado de nubes, mientras las ruedas de la camper devoran kilómetros con tranquilidad. Pasamos por pueblos pintorescos donde el tiempo parece haberse detenido, con casas de piedra, mercados al aire libre y lugareños que nos saludan con sonrisas curiosas. Nos detenemos en un mirador que ofrece vistas panorámicas de los campos dorados de trigo y los ríos serpenteantes que cruzan la tierra.
Al llegar a Pleven, el sol ya comienza a teñir el cielo con tonos cálidos. Nos encontramos con una ciudad vibrante, con calles llenas de historia, monumentos que narran el pasado y una energía acogedora. Aparcamos nuestra camper en un lugar tranquilo, rodeado de naturaleza, y preparamos una cena sencilla mientras el aroma del café recién hecho llena el aire.
Pero Pleven no es solo un destino de belleza natural. Es un lugar marcado por la historia, donde en 1877, durante la Guerra Ruso-Turca, se libró una de las batallas más decisivas. La ciudad fue escenario de un asedio prolongado, donde las fuerzas rusas y rumanas enfrentaron la feroz resistencia del ejército otomano liderado por Osmán Pashá. Durante meses, Pleven resistió, convirtiéndose en un punto estratégico clave en el conflicto. Finalmente, la superioridad numérica y táctica de los rusos y rumanos forzó la capitulación otomana, abriendo el camino hacia la liberación de Bulgaria.
Mientras recorremos sus calles, sentimos el peso de la historia en cada rincón. Los monumentos conmemorativos y los museos nos transportan a aquellos días de lucha y sacrificio. La noche cae, y el cielo se convierte en un espectáculo de estrellas que nos invita a reflexionar sobre el pasado y a soñar con nuevas rutas y aventuras por explorar.
Viajar en camper no es solo un desplazamiento, es la experiencia de sentir cada kilómetro, de descubrir lo inesperado, de crear recuerdos que quedan grabados en la piel del viaje. Pleven nos recibe con sus propios relatos, y nosotros estamos aquí para escucharlos.
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