En nuestro viaje en camper, tuvimos la oportunidad de visitar el encantador barrio de Santa Maria de Belém en Lisboa, Portugal. Nos adentramos en este histórico rincón de la ciudad, lleno de maravillas arquitectónicas y culturales que eran imprescindibles de explorar.
Nuestro primer destino fue el imponente Monasterio de los Jerónimos, una obra maestra del estilo manuelino. Nos quedamos impresionados por su fachada elaborada y detallada, y nos maravillamos con los intrincados motivos y esculturas que adornaban el interior del monasterio. Paseamos por sus amplios claustros, absorbiendo la atmósfera de serenidad y devoción que impregnaba el lugar.
Continuamos nuestro recorrido hacia la Torre de Belém, un emblemático símbolo de la ciudad. Admiramos su estructura defensiva, que se erguía majestuosamente junto al río Tajo. Nos transportamos en el tiempo mientras imaginábamos la importancia estratégica que esta torre tenía en el pasado.
Después de empaparnos de historia, decidimos deleitar nuestro paladar con los famosos pasteles de Belém. Nos dirigimos a la Antiga Confeitaria de Belém, donde probamos estos deliciosos pasteles de crema, recién salidos del horno. El sabor dulce y cremoso nos conquistó por completo, y entendimos por qué son tan populares en todo el país.
Además de los puntos de interés histórico, aprovechamos para relajarnos en los hermosos jardines de Belém. Disfrutamos de un tranquilo paseo por el Jardín Botánico Tropical, admirando la exuberante vegetación y las especies tropicales que allí se encontraban. También nos maravillamos con los colores y fragancias de los Jardines de la Praça do Império, donde nos detuvimos a descansar y a absorber la belleza natural que nos rodeaba.
No podíamos irnos de Santa Maria de Belém sin disfrutar de un paseo a lo largo de la orilla del río Tajo. Nos deleitamos con las vistas panorámicas del agua brillante y los barcos que navegaban en él. Tomamos fotografías y nos detuvimos en uno de los cafés junto al río para saborear un café portugués mientras admirábamos el paisaje.
Nuestro viaje a Santa Maria de Belém en Lisboa fue una experiencia inolvidable. Nos dejamos llevar por la historia y la belleza arquitectónica de este lugar, disfrutamos de su gastronomía y nos relajamos en sus encantadores jardines. Sin duda, recomendamos a todos los viajeros que visiten este barrio y descubran por sí mismos la magia que encierra.
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| Un buen viajero no tiene planes fijos ni tampoco la intención de llegar |
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