Mirador del Salto del Nervión, Berberana, Burgos, España

 Partimos en nuestra camper hacia el Mirador del Salto del Nervión, en Berberana, Burgos. El cielo despejado y el aire fresco auguraban unas horas perfectas para explorar la zona. La carretera nos llevó a través de paisajes ondulantes, con campos verdes y pequeños bosques que se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Las luces  del día, iluminaban el paisaje, dándole un brillo dorado que acentuaba su belleza. 

Dejamos nuestra visita al pueblo de Berberana para otro viaje, por razones de economía de tiempo y  nos dirigimos directamente por el sendero que nos llevaría al Mirador del Salto del Nervión. La caminata fue una experiencia en sí misma, con el sendero bordeado de frondosos árboles y esperando oír el sonido del río Nervión en todo momento. A medida que ascendíamos, el murmullo del agua cada vez era más deseado, pero no llegamos a percibirlo.

Al llegar al mirador, no llegaba el deseado chorro de agua, pero el camino bien mereció la pena. Gentes del lugar nos comentaron que para que hubiese chorro en la impresionante cascada, debería de haber estado lloviendo dos o tres días antes. El Salto del Nervión, aún seco nos sorprendió con sus impresionantes 222 metros de caída que nos dieron vértigo sólo al mirarla.

Después de pasar un tiempo en el mirador, decidimos seguir explorando. Nos detuvimos para almorzar en un claro del bosque, disfrutando de unos bocadillos, con vistas al valle. Los bocadillos de jamón y queso, junto con las frutas frescas que habíamos traído, sabían aún mejor en ese entorno idílico.

A medida que la tarde avanzaba, regresamos a nuestra camper, sintiendo una profunda conexión con la naturaleza y una gratitud por la belleza que habíamos presenciado, con salto de agua o sin él.

Nuestro viaje al Mirador del Salto del Nervión en Berberana había sido una experiencia inolvidable. La combinación de la belleza natural, la historia del pueblo y la calidez de sus habitantes nos dejó con recuerdos que atesoraremos para siempre. Sabíamos que regresaríamos algún día, atraídos nuevamente por la magia de este lugar extraordinario.

 

 

La creación del mundo no ocurrió al principio de los tiempos, ocurre todos los días.