martes, 11 de junio de 2024

Orbaiceta, Selva de Irati, Navarra, España

Nuestro viaje a Orbaiceta, en el corazón del Pirineo Navarro, prometía ser una mezcla perfecta de historia, naturaleza y tranquilidad. Partimos por la mañana soleada, con la camper equipada y nuestras expectativas altas. La ruta hacia Orbaiceta nos ofreció vistas impresionantes de montañas y valles verdes, preparando el escenario para lo que sería una experiencia inolvidable.
 

Al llegar a Orbaiceta, fuimos recibidos por un pequeño pueblo lleno de encanto y tradición. Los caseríos blancos con tejados de pizarra y flores en los balcones reflejaban la arquitectura típica. Aparcamos la camper en un área acondicionada a las afueras del pueblo, un lugar tranquilo desde donde podíamos explorar cómodamente y después de visitar las calles, los hórreos, hablar con algunos paisanos y echar alguna que otra foto a aldabas y bocallaves del lugar, para documentar las reflexiones de nuestra página.

Nuestro primer destino después del pueblo, fue la antigua e histórica Fábrica de Municiones de Orbaiceta. Este antiguo complejo industrial, que data del siglo XVIII, nos transportó a otra época. Paseamos por las ruinas, imaginando la intensa actividad que debió tener lugar allí durante las guerras carlistas. La estructura, rodeada de una vegetación exuberante, tenía un aire misterioso y nostálgico.

Continuamos nuestra aventura dirigiéndonos al Refugio de Montaña de Azpegi. Este refugio, situado en un entorno natural espectacular, era el lugar perfecto para una pausa y tomar unos bocadillos. Desde allí, disfrutamos de vistas panorámicas de los Pirineos y los vastos pastizales circundantes, donde vacas y caballos pastaban tranquilamente, completando un cuadro bucólico perfecto.

No podíamos dejar de visitar Arpea, un impresionante monumento prehistórico. Las formaciones rocosas y los antiguos dólmenes nos dejaron maravillados. La atmósfera del lugar, envuelta en el silencio de los siglos y el susurro del viento, evocaba un profundo respeto por las civilizaciones que habían habitado la región miles de años antes.

La joya de nuestro viaje fue, sin duda, la Selva de Irati. Este inmenso bosque de hayas es uno de los más grandes y mejor conservados de Europa. Caminamos por senderos sombreados, rodeados de árboles de más de 30 metros de altura, sus troncos cubiertos de musgo, creando un ambiente fresco y mágico. El clima fresco y el olor a tierra mojada nos envolvieron mientras avanzábamos, maravillándonos con cada rincón del bosque.

Después de una jornada explorando la naturaleza y la historia, regresamos a nuestra camper para descansar. La última noche, acampados en un lugar elevado, disfrutamos de una cena bajo las estrellas, recordando cada momento del viaje. La serenidad de los paisajes, la riqueza histórica y la belleza natural de Orbaiceta y sus alrededores nos dejaron con el corazón lleno de gratitud y la promesa de volver algún día.

Nuestro viaje en camper a Orbaiceta fue una experiencia enriquecedora, una inmersión en la tranquilidad y belleza de los Pirineos Navarros. Cada lugar visitado nos ofreció una nueva perspectiva y un profundo aprecio por la naturaleza y la historia de esta región.






Cuando nadie te despierta por la mañana y cuando nadie te espera en la noche y cuando puedes hacer lo que quieras, ¿Cómo se llama eso, libertad o soledad?.
















Átate a aquellos que te notaron cuando eras invisible.


Hay cosas que no sabía que sentía, hasta que las escribí y me dolió leerlas.































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