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Locorotondo, un pueblo que parece un sueño hecho realidad, nos recibió con su encanto circular y sus casas blancas impecables. Con nuestra camper estacionada, nos adentramos en este rincón de Apulia que parece haber sido diseñado para cautivar.
Comenzamos en el Centro Histórico, donde las calles adoquinadas serpentean entre casas adornadas con flores. La estructura circular del casco antiguo, que da nombre al pueblo, nos envolvió en una atmósfera única. Cada rincón parecía una obra de arte, con detalles arquitectónicos que reflejan la rica historia de Locorotondo.
La Iglesia Madre San Giorgio, con su imponente fachada y su interior sereno, fue una parada obligatoria. Este lugar, dedicado al santo patrón de la ciudad, nos ofreció un momento de paz y reflexión. Desde allí, nos dirigimos a la Villa Comunale, un parque encantador desde donde admiramos vistas espectaculares del Valle d’Itria.
No podíamos dejar de visitar el Palazzo Morelli, una joya arquitectónica que destaca por su elegancia y su historia. Y para completar la experiencia, disfrutamos de la gastronomía local, saboreando platos como la focaccia y el vino blanco de la región, conocido por su frescura y calidad.
Locorotondo nos ofreció una experiencia inolvidable, donde la belleza, la historia y la tranquilidad se entrelazaron perfectamente. Cada momento en este pueblo fue un regalo, y mientras la camper nos llevaba de regreso.
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