El motor de nuestra camper ruge suavemente mientras nos adentramos en las colinas de Transilvania. La carretera nos guía hacia la imponente Fortaleza de Rupea, una joya medieval que se alza sobre una colina de basalto a 120 metros de altura. Desde la distancia, sus muros de piedra parecen contar historias de resistencia y transformación.
La fortaleza de Rupea es uno de los asentamientos más antiguos de Rumanía, con raíces que se remontan a la época dacia. Durante la Edad Media, fue un importante centro artesanal y comercial, además de servir como refugio para los habitantes de la zona en tiempos de conflicto. En el siglo XV, la fortaleza sufrió un ataque devastador por parte de los turcos, lo que llevó a su abandono tras un incendio que la dejó en ruinas. Más tarde, en el siglo XVIII, se convirtió en refugio para los supervivientes de una epidemia de peste, pero finalmente fue abandonada en 1790.
A pesar de los estragos del tiempo y los intentos del régimen comunista de destruirla para reciclar el basalto de sus cimientos, la fortaleza logró sobrevivir. No fue hasta la segunda década de los años 2000 que se emprendió su restauración como parte de un proyecto de desarrollo turístico. Hoy en día, Rupea recibe más de 10.000 visitantes anuales, aunque sigue siendo una joya poco explorada en comparación con otros destinos de Transilvania.
Al llegar, nos encontramos con una estructura que ha sido testigo de siglos de historia. Sus cuatro recintos fortificados, construidos en distintas épocas, nos muestran la evolución de la fortaleza. La parte más antigua, el recinto superior, se erige sobre las ruinas de una fortificación dacia, mientras que la fortaleza media y la inferior fueron ampliadas en los siglos XV, XVII y XVIII. Desde sus torres, la vista panorámica de los alrededores nos transporta a tiempos en los que Rupea era un bastión de defensa y refugio.
Nuestro viaje en camper nos ha permitido descubrir un rincón fascinante de Rumanía, donde la historia y la arquitectura se entrelazan con el paisaje. Mientras nos alejamos, la silueta de la fortaleza se mantiene firme en la distancia, recordándonos la importancia de preservar estos vestigios del pasado.
Sueña sin miedo y vive sin límites. |
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