domingo, 10 de noviembre de 2024

Catania, Italia

 El rugido de nuestra camper se mezcla con el bullicio de las calles mientras nos acercamos a Catania, una ciudad vibrante a los pies del majestuoso Etna. Aquí, la energía de la vida cotidiana late al ritmo de los mercados, los monumentos históricos y las huellas de lava que recuerdan su eterna conexión con el volcán. Aparcamos cerca del centro histórico, emocionados por descubrir esta joya siciliana llena de carácter.

Nuestro recorrido comienza en el corazón de Catania, la Piazza del Duomo, una plaza donde se encuentra la emblemática Fontana dell’Elefante, el símbolo de la ciudad. Esta estatua de un elefante negro tallado en lava sostiene un obelisco egipcio, una combinación única que representa la resistencia y fortaleza de Catania frente a las adversidades. Frente a nosotros se alza la imponente Catedral de Santa Águeda, un tributo a la patrona de la ciudad. Entramos para admirar su arquitectura barroca y los restos de la santa que descansan en su interior.

A pocos pasos de la plaza, nos sumergimos en el mercado de pescado La Pescheria, donde el aire está lleno de vida y aromas intensos. Pescados frescos, mariscos, especias y quesos se exhiben como obras de arte en cada puesto. Los vendedores gritan sus ofertas en dialecto siciliano, añadiendo una banda sonora auténtica a nuestra visita. Compramos algunas delicias locales, incluyendo aceitunas y pan casero, para disfrutarlas más tarde en la camper.

Seguimos hacia la Via Etnea, la arteria principal de Catania, flanqueada por tiendas, cafés y palacios históricos. Desde aquí, nos desviamos hacia el Teatro Romano, un vestigio de la antigua Catania que se esconde entre las casas modernas. Nos fascina cómo la ciudad parece superponer sus épocas, mezclando lo antiguo con lo contemporáneo.

Caminamos también hasta el Castello Ursino, una fortaleza del siglo XIII construida para proteger la ciudad, hoy transformada en un museo que cuenta la historia de Catania. Desde sus murallas, sentimos la conexión entre la ciudad y el Etna, que se alza en la distancia como un guardián silencioso.

El hambre nos guía hacia un pequeño restaurante donde probamos platos icónicos como la pasta alla Norma, preparada con berenjenas, tomate, ricotta salata y albahaca. De postre, no podemos resistirnos a los cannoli, rellenos de una suave ricotta que parece derretirse en la boca.

Noche en la ciudad
Decidimos estacionarnos en un área tranquila cerca del mar para pasar la noche. Mientras cenamos bajo las estrellas, el sonido de las olas y la cálida brisa mediterránea nos envuelven.

Catania nos ha mostrado su alma vibrante y resiliente, una ciudad que abraza sus raíces antiguas mientras mira hacia el futuro. Cuando cerramos los ojos, sabemos que el recuerdo de este lugar quedará con nosotros, tan vivo y ardiente como el Etna mismo.





No importan los años de tu vida, sino la vida de tus años.

La felicidad es una dirección, no un lugar.


Solo vives una vez, pero si lo haces bien, es suficiente.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios