La costa calabresa se extiende ante nosotros mientras nuestra camper avanza por la carretera, el sol brilla con fuerza y el mar Tirreno nos recibe con su azul profundo. Finalmente, llegamos a Tropea, una joya escondida en la punta de la península, famosa por sus acantilados dramáticos, playas de arena dorada y su histórica ciudad vieja. Aparcamos cerca del centro y, con el viento suave acariciando nuestro rostro, comenzamos nuestra aventura por este pueblo pintoresco.
Comenzamos nuestro recorrido por la Piazza del Duomo, donde se encuentra la majestuosa Catedral de Tropea, dedicada a Santa María dell'Isola. La catedral, de imponente fachada barroca, se alza sobre un promontorio, ofreciendo vistas panorámicas del mar. La iglesia está rodeada de jardines que parecen flotantes, con vistas ininterrumpidas del mar Tirreno. Entramos a admirar su interior sencillo pero encantador, con un altar decorado con frescos y detalles que reflejan la devoción de la ciudad.
Después de recorrer la plaza, nos dirigimos hacia el mirador, situado en los acantilados que dan al mar. Desde aquí, el panorama es sobrecogedor: Tropea se extiende hacia abajo, con sus casas encaladas y tejados rojos contrastando con el verde de la vegetación. Abajo, el mar resplandece en tonos turquesa, y la playa de Santa Maria dell'Isola, que parece una isla flotante conectada por una franja de tierra, se ve impresionante. No podemos evitar hacer una pausa aquí, tomando fotos y simplemente disfrutando de la belleza del lugar.
Bajamos hacia la playa, donde las olas suaves rompen contra la orilla de arena dorada. El agua es increíblemente clara, y nos sumergimos para disfrutar de un refrescante baño. La sensación de nadar en este mar tan cristalino es como flotar en un sueño. Nos tumbamos un rato en la playa, tomando el sol y contemplando las formaciones rocosas que rodean la costa, algunas de las cuales parecen haber sido esculpidas por la mano del tiempo.
Después de un rato de descanso en la playa, subimos nuevamente a la ciudad vieja. El centro histórico de Tropea es un laberinto de callejuelas estrechas, plazas escondidas y edificios de piedra con balcones de hierro forjado. Cada rincón tiene una historia que contar, y mientras caminamos, nos encontramos con pequeñas boutiques que venden productos locales como aceite de oliva, cerámica y, por supuesto, cebollas rojas de Tropea, famosas por su sabor dulce y suave. Decidimos hacer una pequeña parada en una tienda local para llevarnos algunas como recuerdo.
El hambre nos lleva a un restaurante local, donde probamos platos típicos de la región. Disfrutamos de una pasta alla 'nduja, un plato picante hecho con un embutido local, y un pesce spada alla Tropea, espada pescado fresco con una salsa de cebollas rojas caramelizadas. Cada bocado está lleno de los sabores auténticos de Calabria, acompañados de un vino local blanco que realza la frescura de los ingredientes.
Cuando el sol comienza a ponerse, decidimos regresar a la playa para ver el atardecer. El cielo se llena de tonos anaranjados y rosados, mientras las últimas luces del día iluminan las aguas cristalinas. La vista del sol hundiéndose en el horizonte, reflejándose en el mar y pintando el cielo de colores intensos, es simplemente espectacular. Nos quedamos en silencio, disfrutando del momento y la paz que este rincón del mundo nos ofrece.
Al caer la noche, encontramos un lugar tranquilo cerca del puerto para estacionar nuestra camper. Desde aquí, la vista de la ciudad iluminada sobre el acantilado es mágica. Cena ligera bajo las estrellas, con una copa de vino, mientras las luces del pueblo parpadean a lo lejos y el sonido de las olas rompiendo contra la costa nos acompaña.
Tropea nos ha cautivado con su belleza natural, sus playas vírgenes, su patrimonio histórico y la calidez de sus gentes. Al cerrar los ojos esa noche, sentimos que hemos encontrado un rincón del paraíso, un lugar donde el tiempo parece detenerse y todo lo que queda es disfrutar del momento



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Solo imagina lo precioso que puede ser arriesgarse y que todo salga bien. |
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Si algo no avanza, suéltalo y avanza tú. |
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Sé quien necesitabas cuando eras joven. |
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Vivir es intentarlo infinitas veces. |
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El secreto para salir adelante es comenzar. |
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