viernes, 8 de noviembre de 2024

Taormina, Mesina, Italia

 La brisa marina nos acompaña mientras nuestra camper serpentea por las carreteras costeras hacia Taormina, una joya suspendida entre el cielo y el mar en la costa este de Sicilia. En el horizonte, el Etna se alza majestuoso, su cima coronada por una nube blanca. Al llegar, estacionamos nuestra camper en un área panorámica, sabiendo que nos espera un día inolvidable en este destino donde la elegancia y la historia se entrelazan.

Nuestro recorrido comienza en el emblemático Teatro Griego, una obra maestra que fusiona arquitectura antigua con vistas espectaculares. Nos sentamos en sus gradas de piedra, imaginando los espectáculos que tuvieron lugar aquí siglos atrás, mientras contemplamos el paisaje: el mar Jónico brilla bajo el sol, y más allá, el Etna humeante parece vigilar la escena. El teatro es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, un portal a la grandeza del pasado.

Dejando atrás el teatro, nos dirigimos al Corso Umberto I, la animada calle principal de Taormina. Flanqueada por edificios históricos, boutiques y pequeños cafés, esta arteria nos invita a pasear sin prisa. En cada esquina encontramos detalles encantadores: balcones adornados con flores, callejones estrechos que descienden hacia el mar, y artistas callejeros que añaden un toque de vida al ambiente.

Nos detenemos en la Piazza IX Aprile, una plaza con una terraza que parece flotar sobre el mar. Desde aquí, las vistas son impresionantes: el azul infinito del Mediterráneo contrasta con el verde de las colinas y el blanco de las casas. La plaza, con su encanto romántico, nos invita a hacer una pausa y disfrutar de un café granizado mientras observamos a los visitantes pasear.

A pocos pasos del centro, encontramos los Jardines de Villa Comunale, un rincón sereno que parece sacado de un cuento. Caminamos entre senderos sombreados, rodeados de flores, estatuas y miradores que ofrecen vistas privilegiadas del mar y el Etna. Aquí el tiempo parece ralentizarse, y nos dejamos envolver por la tranquilidad de este espacio.

El hambre nos lleva a una trattoria con vistas al mar, donde disfrutamos de la frescura de los ingredientes locales. Probamos una caponata siciliana y spaghetti alle vongole, acompañados de un vino blanco de la región. De postre, no puede faltar una porción de cassata siciliana, que nos conquista con su dulzura y colores vibrantes.

De vuelta en la camper, tomamos la carretera hacia la costa para visitar Isola Bella, una pequeña isla conectada al continente por un estrecho banco de arena. Caminamos hasta la orilla justo a tiempo para el atardecer. Los tonos dorados y rosados del cielo se reflejan en el agua cristalina, creando un espectáculo natural que nos deja sin palabras. La isla, rodeada de vegetación, parece un rincón de paraíso.

Esa noche estacionamos nuestra camper en un mirador cercano, donde el sonido del mar nos arrulla mientras descansamos. Desde nuestra ventana, vemos las luces de Taormina titilando en la distancia, como estrellas que se han quedado atrapadas en la tierra.

Taormina nos ha regalado un día de belleza infinita, donde cada rincón parecía una postal y cada momento una experiencia única. Al cerrar los ojos, llevamos con nosotros el eco del teatro, la brisa del mar y la magia de esta ciudad que parece flotar entre la tierra y el cielo.



Sueña como si fueras a vivir para siempre, vive como si fueses a morir hoy.




















La vida es un diez por ciento de lo que te ocurre y un noventa por ciento de como te lo tomas.


Cada aprendizaje en la vida nos hace más sabios.

Tu tiempo es limitado. No lo malgastes con la vida de los demás.

La vida está hecha de dias que no significan nada y de momentos  que significan todo.

El tiempo es la cosa más valiosa que una persona puede gastar.

Cuenta tu vida por sonrisas, no por lágrimas.



















Los años que tienes son aquellos que ya no tienes. Solo tienes los años que te quedan por vivir.







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