Nuestra ruta en la camper nos llevó a uno de los destinos más impresionantes de los Alpes del sur: el Lac de Serre-Ponçon, un vasto embalse rodeado de montañas y bosques. Con sus aguas turquesas y su entorno natural incomparable, este lugar nos ofreció una combinación perfecta de relax y paisajes que quitan el aliento.
Despertamos en un camping a orillas del lago, donde nuestra camper estaba perfectamente ubicada para disfrutar de las primeras luces del día reflejándose en las aguas tranquilas. El fresco aire alpino y el canto de los pájaros fueron la bienvenida perfecta a esta jornada en la naturaleza.
Después de un desayuno ligero con vistas al lago, nos dirigimos al Centro de Visitantes de Serre-Ponçon, donde aprendimos sobre la historia de este embalse, uno de los más grandes de Europa. Descubrimos cómo fue creado en los años 50, desplazando aldeas enteras, y su importancia para la región, desde la generación de energía hidroeléctrica hasta el riego y el turismo.
El lago es un paraíso para los amantes de los deportes acuáticos.
Nos detuvimos en la emblemática Capilla de Saint-Michel, una pequeña iglesia que parece flotar en una isla dentro del lago. Este lugar icónico, que sobrevivió a la creación del embalse, es un recordatorio de las raíces históricas de la región.
Por la tarde, nos dirigimos a uno de los numerosos senderos que rodean el lago. Elegimos la Ruta de las Crestas, que ofrece vistas espectaculares del lago y los picos circundantes. Durante la caminata, hicimos varias paradas para admirar el paisaje, y respirar el aire puro de los Alpes.
De regreso al camping, nos detuvimos en una granja local para degustar y comprar productos típicos de la región. El queso tomme des Alpes, la miel de lavanda y el embutido de montaña fueron los favoritos.
La cena tuvo lugar en un restaurante a la orilla del lago, donde disfrutamos de un menú tradicional que incluyó trucha de montaña al limón, un delicioso gratin dauphinois y un postre de tarta de arándanos. La comida fue acompañada por un vino blanco fresco de los viñedos de los Altos Alpes.
El atardecer transformó el lago en un espectáculo de colores cálidos, reflejados en las aguas tranquilas. Observamos cómo el sol se ocultaba detrás de las montañas mientras las luces del camping comenzaban a brillar, creando una atmósfera de paz total.
Antes de retirarnos a descansar en la camper, pasamos un rato junto al lago, contemplando el cielo nocturno. Lejos de las luces de la ciudad, las estrellas brillaban con intensidad, y pudimos identificar constelaciones y disfrutar de la tranquilidad del lugar.
El Lac de Serre-Ponçon nos dejó encantados con su mezcla de actividades, paisajes y serenidad. Fue un lugar donde la naturaleza nos conectó con su inmensidad y donde cada momento parecía sacado de un sueño. Al partir, nos llevamos no solo recuerdos inolvidables, sino también una sensación renovada de calma y conexión con el mundo natural.
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