miércoles, 2 de octubre de 2024

Mont-Dauphin, Francia

Nuestra ruta en la camper nos llevó hasta Mont-Dauphin, una fortaleza impresionante enclavada en el corazón de los Alpes franceses, en la región de Hautes-Alpes. Este lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como parte de las Fortificaciones de Vauban, nos ofreció una combinación de historia, paisajes de montaña y tranquilidad.

Al llegar, estacionamos nuestra camper en una zona habilitada a las afueras de la fortaleza, y cruzamos sus imponentes puertas de piedra para adentrarnos en este fascinante lugar. Rodeada por murallas de piedra y con vistas panorámicas al valle del Durance, Mont-Dauphin parecía un lugar detenido en el tiempo.

Comenzamos nuestra visita con un recorrido guiado por la fortaleza diseñada por Vauban, el célebre ingeniero militar de Luis XIV. Exploramos las murallas, los bastiones y los polvorines, mientras aprendíamos sobre las estrategias defensivas y la vida cotidiana en este puesto militar alpino.

El Arsenal, ahora convertido en museo, nos impresionó con sus exposiciones que incluyen armas, uniformes y maquetas que detallan la construcción de la fortaleza.

Dentro de las murallas, Mont-Dauphin alberga un pequeño y encantador pueblo. Paseamos por sus calles adoquinadas y visitamos la Iglesia de San Luis, un edificio inacabado que, sin embargo, destaca por su arquitectura robusta y su simplicidad.

Nos detuvimos en una panadería local para probar el pain d’épeautre, un pan elaborado con espelta, un cereal tradicional de la región. Acompañado de queso local, fue un delicioso aperitivo antes de almorzar.

Después del almuerzo, decidimos explorar el entorno natural que rodea Mont-Dauphin. Caminamos por el sendero que bordea las murallas, disfrutando de vistas espectaculares al valle del Durance y al Parque Nacional de los Écrins, con sus montañas imponentes y bosques verdes.

De regreso a la fortaleza, visitamos algunos talleres de artesanos locales. Nos sorprendió la calidad y variedad de los productos, desde cerámicas pintadas a mano hasta tejidos y joyería inspirados en la naturaleza alpina. Compramos algunos recuerdos y productos locales, como miel de montaña y una botella de licor de génépi, un destilado típico de los Alpes.

Para la cena, nos dirigimos a un restaurante ubicado dentro de las murallas, donde disfrutamos de platos regionales como el gratin dauphinois y el gigot d’agneau (pierna de cordero), cocinado a la perfección con hierbas locales. La comida estuvo acompañada por un vino de los Altos Alpes, que completó la experiencia gastronómica.

El ambiente era tranquilo y acogedor, con la luz de las velas realzando la atmósfera histórica del lugar.

Antes de retirarnos a la camper, dimos un último paseo por la fortaleza, ahora tranquila bajo la luz de la luna. Desde las murallas, contemplamos el cielo despejado y las estrellas brillando con intensidad, libres de contaminación lumínica.

Mont-Dauphin, con su mezcla de historia militar, paisajes naturales y encanto rural, nos ofreció una experiencia única. Nos despedimos de este rincón alpino con la sensación de haber viajado en el tiempo, llevando con nosotros recuerdos imborrables de sus murallas y su impresionante entorno.


Los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias, se quedan allí.

No malgastes tu tiempo, pues de esa materia está formada la vida.






La pregunta real no es si la vida existe antes de la muerte. La pregunta real es si estás vivo antes de la muerte

La realidad deja mucho a la imaginación.








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